TOP 5 historias y leyendas del Valle de Arán
El Valle de Arán es un lugar mágico, único. Su orografía que dificulta las vías de comunicación y su clima extremo han forjado en él una identidad única. No hablamos sólo de lengua o tradiciones. Hablamos de historia y leyendas.
Quienes hemos nacido en el Valle de Arán hemos crecido entre historias que nos han contado nuestros padres y vecinos. Mitos, historias y leyendas que van desde los romanos como el gigante Mandrònius a otras mucho más actuales como el nacimiento de la estación de esquí. No sólo el paisaje hace de este Valle de Arán un lugar especial, sino que su gran patrimonio son su gente y su historia. Hoy te presentamos 5 historias: El Gigante Mandrònius, El Nacimiento de Tevasa, El Cementerio de los Enamorados, La Reconquista Maqui, El Armario de las Seis Llaves y el Arca de las Autoridades. 5 historias que muestran un territorio con una identidad propia y muy marcada.
El gigante Mandronius
Alrededor de 1.844 el párroco de Garós, Antoni Jaquet, y siendo todavía él niño presenció el hallazgo de un enorme esqueleto, bajo una enorme piedra cuando fue demolida una antigua capilla muy cerca de la iglesia parroquial. Dicen que medía más de tres metros y que sus pies estaban bajo los cimientos de capilla y su cabeza bajo la casa del otro lado de la calle. Un clavo atravesaba su cráneo y junto a él un recipiente de barro. Hablamos del gigante Mandrònius. Dice la leyenda que en el Siglo I AC vivía en Betlan un hombre cuya estatura superaba los tres metros. Dice la leyenda que vivía en una cueva que él mismo se construyó, alejándose de todos aquellos, que eran muchos, que intentaban luchar contra él. Que era un hombre pacífico y prefería rehuir de la batalla. Dicen que la cueva medía más de 40 metros de profundidad. Y que allí formó una familia.
Durante la invasión romana, a la que él se opuso frontalmente, se llevaron a su hija. El gigante Mandrònius preso de la ira irrumpió en el campamento y mató a
todos los soldados, les arrancó una oreja a cada uno y las
mandó a Roma. Dice la leyenda que los romanos tardaron muchos años en retomar la invasión del Valle de Aran.
A partir de aquí la historia es confusa, unos cuentan
que años después los romanos enviaron a miles de soldados y que dieron muerte al gigante. Otros cuentan
que fue él mismo quien se suicidó al tener noticias que
miles de romanos se dirigían al Valle de Arán, ordenó
a su tropa su propia muerte evitando así sin perder
nunca ninguna batalla y, sobre todo, sabiendo que su
cuerpo descansaría para siempre entre estas montañas.
El nacimiento de Tevasa
En los años 20 Lluis Estasaen, Josep M.Soler y Pablo García trajeron al Valle de Arán diez pares de esquí y cinco raquetas que la mancomunidad aportó con el objetivo de mejorar la comunicación de algunos pueblos que se quedaban completamente aislados con la nieve.
Desde el año 1919 con Josep Puig i Cadafalch y a lo largo de 3 décadas la relación del Valle de Arán con el
esqui se va intensificando. En 1947 el CEC organiza los
primeros cursos de los que surgen esquiadores como
Rafael Mombiedro, Aquilino Ubeira, Pablo Bravo o los
hermanos Moga.
La apertura del túnel de Vielha en 1948, el más grande
del mundo en su momento, mejora la comunicación de
la comarca y facilita la relación y el desarrollo de nuevos proyectos.
A la finalización de las grandes obras relacionadas con
las centrales hidroeléctricas en 1962, ligado a la búsqueda de una alternativa económica, aparece la figura
de Sixto Mayayo, el que fue alcalde de Salardú, que inicia una serie de visitas a otras estaciones de invierno.
Es en este periplo donde se unen las figuras de Miguel
Arias (alcalde de Cercedilla) y Jorge Jordana (presidente de la federación y de Transportes Aéreos del Guadarrama). Junto a Roberto Cuñat (consejero delegado de
Tagsa y TEA) visitan la zona de Baqueira y la consideran idónea para la instalación de una estación de esquí.
Deciden que sea Luis Arias, veinticuatro veces campeón de España y olímpico en tres ocasiones, quien lidere el proyecto.
En 1962 se constituye TEVASA, con la aportación de
500.000 pesetas por parte de la delegación nacional
de deportes y 1.513.000 pesetas que el equipo liderado por Luis Arias consigue de ayuntamientos y particulares, en su mayoría del Valle de Arán.
En 1964 abre el primer telesilla.
El cementerio de los enamorados
Hace ya más de 100 años, en 1916, que murió Teresa y
que los vecinos de Bausen construyeron un cementerio sólo para ella en el paraje conocido cómo El Coret
entre árboles de hoja caduca.
Dos jóvenes, primos hermanos, Cisco y Teresa se quisieron casar. El párroco de la pequeña localidad les exigió un importante pago para una dispensa que venía de
Roma, suma que no pudieron reunir. A pesar de ello
y que a principios del siglo XX no era nada común, los jóvenes formaron un hogar sin pasar por el matrimonio y
tuvieron dos hijos.
Teresa murió muy joven, a la edad de 33 años tras lo
que la Iglesia se negó a enterrarla en el cementerio del
pueblo por haber vivido en “pecado”. Los vecinos se alzaron y decidieron construir un cementerio sólo para ella.
Hoy Teresa descansa en su cementerio, dónde su familia la visita cada año. Su marido tuvo que exiliarse
por motivos políticos y dejó dicho que quería descansar junto a su amada, pero por razones burocráticas no
pudo ser.
Bausen es hoy uno de pueblos que mantienen la arquitectura y las tradiciones propias del patrimonio aranés,
ubicándose este cementerio en la entrada del espectacular hayedo de Carlac.
Operación reconquista de España: la invasión del Valle de Arán
Tras la Guerra Civil Española, la huida hacia Francia del bando Republicano y el desembarco de Normandía en junio de 1944, con la consecuente pérdida de la Guerra Mundial por parte del régimen nazi, hizo imaginar una operación de reconquista de España. La II república desde el exilio necesitaba dar un golpe de fuerza en el tablero político internacional para intentar ser reconocida, y sus fieles con mucha experiencia militar, se encargarían de la operación.
Liderados por Jesús Monzón, miembro del PCE que había tenido relevantes cargos en la época de pre-guerra y que fue el encargado de reorganizar este partido en Francia, dónde además creó la Agrupación de Guerrilleros Españoles. Su estrategia consistiría en realizar varios ataques a lo largo del Pirineo, desviando energías del régimen franquista hacia estos puntos, siendo el objetivo principal el Valle de Arán.
Esta zona quedaba aislada y con un clima
extremo durante el invierno y sólo se conectaba con el
resto de España a través del puerto de la Bonaigua y el
de Vielha, con lo que la posesión se estimaba como larga y
creían que afectaría al régimen, generando levantamientos en contra en toda la península, tras lo que avanzarían en la reconquista con la supuesta ayuda de las potencias Aliadas.
El 3 de octubre de 1944 se inició la operación, con unas
primeras incursiones a través de Roncesvalles y el valle del Roncal. En estas operaciones se destinaron más de
600 hombres. Fueron rápidamente expulsados.
Los Maquis iban completamente equipados y utilizaron
armas que el ejército español no disponía, y de mejor calidad. Ahora bien, su
carga de munición era muy baja y su logística, prácticamente inexistente.
El 19 de octubre de ese mismo año, 112 brigadas de entre 300 y 400 maquis cada una lanzaron la operación
de reconquista al Valle de Arán. La toma del Bajo Arán
fue muy rápida con especial resistencia en Es Bòrdes. En
las cotas altas sólo tomaron Bagergue, donde instalaron
ametralladoras en el campanario de su iglesia y dónde fijaron
su cuartel general. En Salardú hubo importantes destrozos derivados del uso de piezas anticarro y morteros.
Esa misma tarde, a través de la Bonaigua, llegaron los primeros refuerzos del régimen franquista y los maquis tuvieron que retirase del Naut Aran. 30.000 hombres combatieron a los maquis. El ataque de Vielha no se ordenó definitivo para evitar que se cortara la retaguardia y se impidiera la huida. El 30 de octubre de 1944 el ejército franquista llegó a la frontera francesa dándose por finalizada la operación reconquista del Valle de Aran y huyendo los maquis a Francia. El historiador Ferran Sánchez Agustí estima en esos días 67 muertos, de los cuales 36 eran de las fuerzas gubernamentales, 27 maquis y 4 civiles.
El armario de las seis llaves y las autoridades
Cuando hablamos del Valle de Arán hablamos de un territorio que ha mantenido no sólo su cultura y su lengua sino que también sus propias instituciones y privilegios desde 1313, a través del documento “Querimònia” redactado bajo el reinado de Jaime II de Aragón.
Este documento, de gran importancia pues contenía las normas básicas y de convivencia del territorio, junto a otros documentos y trajes utilizados por los miembros del Conselh se encontró en el armario de las 6 llaves o “Armari des sies Claus”. El Conselh es la institución de gobierno más relevante del territorio y se mantuvo hasta 1834, año en que María Cristina lo suprimió. Incluso en 1717, con el Decreto de Nueva Planta del Rey Felipe V en que suprimieron todos los privilegios catalanes, se mantuvieron en el Valle de Arán a cambio del pago como impuesto de “eth galin reiau” (unidad de medida) para cada uno de los hogares del territorio. En 1979 en la Constitución se reconoce el hecho diferencial de Arán y en 1990, con la firma de la Ley 16/1990 sobre el régimen especial del Valle de Arán, se restableció el Conselh Generau y el Síndic de Arán como principal institución de organización administrativa propia. Reformada y ampliada en 2015, con la ley 1/2015.
El Armario de las Seis Llaves
También conocido en alguna literatura como armario de los privilegios. Supone una de las costumbres con más protocolo del Valle de Arán pues para la apertura del armario que como hemos visto anteriormente recogía los documentos más relevantes de la organización política y territorial de la zona.
Para abrirla, se precisaba
la presencia de representantes de cada uno de los terçons
o demarcaciones de la comarca como garantía de derecho.
Esta división territorial de finales del siglo XV o principios de XVI y que todavía hoy se mantiene agrupa
los pueblos en entidades mayores o Terçons y que son
Pujòlo, Arties e Garós, Castièro, Marcatosa, Lairissa y
Quate Lòcs.
El Arca de las Autoridades o de las Tres Llaves
Existía el arca de los oficios o autoridades con tres cerraduras cuyas llaves una estaba en manos del gobernador (representante de la autoridad real) y las otras iban cambiando de mano año tras año entre los representantes de los Terçons.
En este arca que se abría en Pentecostés después de
oír misa en la iglesia de San Lorenzo de Vielha (que estaba ubicada en la parte alta del paseo de la población)
y después de comprobar que no hubiera sido forzada,
se depositaban tres bolsas que contenían cada una de
ellas los ceruelos, que eran unas maderas que contenían el nombre dentro en un pergamino enrollado y sellado con cera, de todas aquellas personas elegibles en
los cargos de Síndic, Conselher y “oyentes de cuentas”
(revisaban e inspeccionaban los libros). Un niño de entre 10 y 11 años sacaba a suerte cada uno de los cargos
de gobierno, para cada terçon, y que tenían una duración de un año.